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Deuda Externa y Reinserción del Perú en el Sistema Financiero Internacional

A fines del decenio de 1980, cuando ejercía el cargo de Jefe de la División de Planeamiento Estratégico en el Banco Mundial, la crisis de la deuda externa peruana llegó a su nivel más crítico. El Perú había dejado de pagar a todos sus acreedores externos, empezando por la banca privada internacional, las agencias bilaterales de cooperación internacional, y los organismos financieros internacionales, particularmente el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Esta situación motivó una serie de planteamientos y propuestas por parte de intelectuales, académicos, líderes políticos, funcionarios internacionales, entre otras personalidades. No obstante, dada la magnitud del problema, más allá de las declaraciones de intención, era necesario diseñar un enfoque y una hoja de ruta para poner en práctica cualquier estrategia de reinserción del Perú en el sistema financiero internacional.

Luego de consultar con mis superiores en el Banco Mundial, y particularmente con el Vicepresidente de Políticas e Investigación, el Dr. David Hopper, recibí autorización para elaborar un procedimiento por el cual el Perú podría salir de la crisis generada por la cesación de pagos a sus acreedores internacionales. La condición que se me impuso es que esto se hiciera en secreto, consultando sólo de manera limitada con algunos líderes de los organismos financieros internacionales, y en particular con el entonces presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, el Dr. Enrique Iglesias, antes de obtener su conformidad con la estrategia y su puesta en práctica. Una vez conseguida su anuencia con la estrategia propuesta, se me autorizó a consultar con representantes del entonces recientemente elegido gobierno, que presidía el Sr. Alberto Fujimori.

Los documentos adjuntos (clic aquí) describen la estrategia propuesta para lograr que el Perú recobre el acceso a las fuentes internacionales de financiamiento a principios del decenio de 1990, que en gran medida fue puesta en práctica y resultó exitosa.

Treinta años más tarde, considero que podría ser interesante difundir algunos de los documentos clave que describen el trabajo silencioso que hicimos, ya que el Dr. Hopper decidió que no debería hacerse público en aquella oportunidad .